lunes, 20 de abril de 2020

Liderazgo estratégico durante la crisis del COVID19




Hoy compartimos e intercambiamos ideas con los compañeros del doctorado de UdeOnline Universidad de Occidente el debate de los economistas de la década de los 30s del siglo XX sobre la intervención del Estado en la economía.

Es interesante la relación del liberalismo clásico con las posturas de Keynes, Hayek y Mises.

Hay corrientes del liberalismo clásico que no aceptan ningún tipo de intervención y otras que sí moderadamente, por ejemplo Keynes apoya una intervención por medio de invertir parte del erario público pero en casos excepcionales y de manera temporal. Hayek prefiere que no se dé esta intervención pero sí en casos especiales como el manejo de explosivos, el control de armas y otras funciones delicadas para la seguridad, que en manos equivocadas o con intereses particulares pueden atentar contra la población y su desarrollo. Mises es totalmente radical y no acepta intervención del Estado de ningún tipo.

El Dr Hillermann (profesor) hizo importantes reflexiones para el tiempo actual en que la pandemia del COVID19 afecta a todo el mundo.

Es una difícil tarea para el liderazgo nacional actual buscar decisiones equilibradas que favorezcan la salud de la población como endurecer las medidas sanitarias, toque de queda entre otras; y por otro lado determinar el momento y la secuencia para volver progresivamente a la realidad y reactivar la economía.

Así como la curva de contagios tendrá su punto de máximo daño a la salud en algún momento, también la economía nacional (espontáneamente) reflejará un punto de crisis en su proceso de recuperación.

Surge la epidemia y se toman las medidas de aislamiento, confinamiento, distanciamiento social, cuarentena y hasta toque de queda (severo pero necesario dado el nivel de la pandemia) pero a la vez, la misma falta de locomoción afecta la actividad económica (de subsistencia para muchos).

Entonces se aplica el principio keynesiano: prestamos, deuda, fondos para ayuda de las personas con más necesidad por la falta de trabajo, acciones más que necesarias.

Pero esta recesión (que inicia desde que se suspende la actividad económica) tendrá sus consecuencias en un plazo determinado. Entre más tiempo se mantengan las medidas que producen recesión se contiene la infección del virus, pero el impacto económico por todas las personas que cesaron su actividad económica sólo se aplaza.

La economía necesita reactivarse. ¿pero a que costo de contagios? Un escenario pesimista también pude construirse a la analizar el beneficio en función de tiempo que durará el aporte de Q1000 por tres meses para las personas que lo reciban; luego de eso será necesario más aportes si aún continúa la recesión. Si por alguna razón, esa segunda ola de aportes financieros no llegan podrían producirse disturbios, saqueos, en medio de mortandad por el virus.

La decisión del liderazgo nacional es sumamente difícil.

Por todo lo anterior es discutible endurecer las medidas de confinamiento en detrimento de la economía nacional y también es discutible cuándo empezar a reducir dichas medidas y reactivar la economía.

Los pronósticos son sólo eso: pronósticos. No se sabe el comportamiento de la enfermedad pero si se puede calcular el proceso económico.

Por ello pudiera parecer descabellado reducir un toque de queda, pero seguramente hay fundamento para decidirlo.

Un tercer aspecto difícil de pronosticar pero posible concientizar es la colaboración de la población en las medidas sanitarias, colaborar con las autoridades, mientras las medidas de previsión de una crisis económica se van implementando.

Como ciudadanos necesitamos confiar en nuestro liderazgo y colaborar con las disposiciones. Incluso en los temas que más escepticismo pudieran despertar: influencias de sectores, transparencia en el manejo de fondos etc.

Perjudica mucho en estos momentos reproducir noticias o mensajes falsos, no objetivos (los que cambian lo dicho por las autoridades), amarillismos producto de luchas políticas, crear rumores etc.

Hay un liderazgo que necesita confianza y voluntad ciudadana para cumplir con las disposiciones. Sólo así se logrará cumplir el slogan "Juntos Saldremos adelante".


domingo, 12 de abril de 2020

Objetivo para la unidad conceptual: concebir al pueblo como "El Soberano"


En medio de cuarentenas y toque de queda para los ciudadanos por el COVID19 y como fondo el concierto del gran Andrea Bocelli que ha ofrecido desde la catedral de Milán, Italia[i], este domingo de pascua de 2020, reflexiono los escritos del Dr. Alejandro Gutiérrez Dávila de su libro “Fundamentos Filosóficos de la Constitución Política de la República de Guatemala” e intento parafrasear una interpretación de “unidad conceptual” tomando las ideas de este escrito.

A su vez, el Dr. Gutiérrez discute las ideas de Gustavo Zagrebelsky (Pag 50) que insta a comprender la diferencia entre la noción estatalista de la soberanía frente a la soberanía de la persona estatal.

Este debate, como otros en los que influye la teoría positivista del derecho, como Los migrantes, las guerras, las drogas, la pobreza, la desigualdad o el Estado de bienestar, están sujetas como lo afirma Jürgen Habermas (Pag 46) a la interpretación controvertida – antojadiza diría yo – de los principios constitucionales.

Una meta de país podría ser la búsqueda de la unidad conceptual como la opción que genere soluciones en estos y otros temas asegurando la coexistencia posible de todas las ideas hechas compromisos haciendo que los ciudadanos se motiven espontáneamente en vez de imponérselos por la vía legal.

Una unidad conceptual que concilie la concepción iuspositivista con la iusnaturalista del derecho para que el pluralismo actual de las sociedades, evidenciado por la existencia de grupos sociales con diferentes ideologías, coincidan en un proyecto de unidad nacional que no sea preferente o se imponga a otros.

Una concepción homogénea que estudie y acepte que la constitución no debe trazar el rumbo de la vida de los ciudadanos sino crear el ambiente que genere condiciones para que esa misma constitución (pacto social de los ciudadanos) se haga realidad. Urdir en las ideas que espontáneamente nos convenzan de la diferencia entre defender la soberanía de la constitución y la existencia de una constitución sin soberano. Dejar de ver la constitución como centro de donde deriva todo (por el concepto de soberanía en que el Estado se apoya) sino como el punto a donde todo debe converger. En palabra del Dr. Gutiérrez “más bien como centro a alcanzar que como centro del que partir”[ii].



[i] Ver concierto del 20 de abril de 2020, Andrea Bocelli (el video tiene tres minutos de introducción sin sonido)
[ii] Gutiérrez, Dávila Alejandro, FUNDAMENTOS FILOSÓFICOS DE LA CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE GUATEMALA”, Ohio Print and Paper, S.A. Guatemala, 2020 (pag 51), ISBN: 978-9929-595-03-3

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