sábado, 4 de diciembre de 2021

El anarquismo epistemológico de Paul Feyerabend



     Desde el origen más aceptado de la palabra “filosofía” con Homero en el siglo IX a. J.C. la pasión por la sabiduría ha llevado a proponer métodos para justificar, relacionar y reducir conocimiento a objetos fundamentales verdaderos. Una ciencia denominada epistemología. 

     A mediados del siglo XX Paul Feyerabend vivió una época de debate entre filosofía clásica, ciencia filosófica y corrientes epistemológicas diversas que influencian el pensamiento humano hasta hoy. 

     Este ensayo intentará describir por qué Feyerabend calificó de anárquico el conocimiento filosófico en su época y cómo se relaciona su postulado con dos ejes políticos de un Estado en el inicio de la tercera década del siglo XXI: el factor social y la seguridad. Para ello se presentan los postulados de Feyerabend, el contexto epistemológico de la época en que lo propuso, su aplicación en el siglo XXI y la influencia que tienen para la seguridad del Estado democrático. 

    Paul Feyerabend nació en 1924 en Viena. Propuso que ninguna de las metodologías científicas que se habían postulado hacia la segunda mitad del siglo XX son determinantes o ley científica final y que las propuestas científicas pueden ser planteadas mediante cualquier método. 

     Feyerabend creía que los motivos por los que un científico elige guiarse por una ley previa o una metodología específica están determinados por el paradigma dominante de la época. En la historia de la ciencia, científicos que no aceptaron el paradigma dominante de su época produjeron conocimiento que hizo progresar la ciencia. 

     Por esta razón, Feyerabend planteó que no existe método científico privilegiado para producir ciencia del cual tenga que regirse o seguir cada científico. No sólo porque va en contra de la libertad individual del investigador sino porque ningún método, privilegiado o no, puede garantizar que siguiendo sus reglas se producirá nuevo conocimiento. 

     La frase atribuida a Feyerabend es “todo vale” o “anything goes” que representa su planteamiento metodológico: No hay método. Por la cantidad de corrientes filosóficas y epistemológicas de su época lo llamó “anarquismo epistemológico”. 

     En Feyerabend cada teoría ha sido alcanzada por su propio método con su propia racionalidad. La falta de tolerancia a nuevos métodos y tener que adherirse por regla a un método imperante puede llegar al extremo de tornar irracional el producto científico final por la falta de libertad para salirse del paradigma dominante.

 

El científico revolucionario o innovador, puesto que no comparte la racionalidad del paradigma dominante, no puede tratar de demostrarles mediante la razón que están equivocados; debe recurrir, entonces, a trucos psicológicos y trampas, engaños, persuasiones, propaganda: trata de convencer, no de demostrar (Carman, 2007).

 

     Esta era la forma en que según Feyerabend un científico podía llegar a actuar irracionalmente, sin embargo, no creyó que fuera algo del todo negativo sino incluso necesario. Con trampa o con el método que impone la moda científica las teorías son juicios de valor, estéticos o anhelos, producto de deseos subjetivos. Con esto en mente Feyerabend propuso que los razonamientos deben tener un enfoque hacia el futuro. En la medida que se imponen los métodos y las teorías se convierten en bloqueos para el progreso de la ciencia. Ignorar la norma metodológica o incluso adoptar una contraria puede llegar a establecer nuevas teorías que signifiquen un progreso científico. 

     ¿Qué teorías existían cuando Feyerabend planteó el anarquismo epistemológico? Desde Aristóteles el iusnaturalismo racional práctico presentó los postulados de la razón que se tradujeron en una propuesta de comportamiento ético humano para la armonía y derecho natural. Una conducta basada en ideas, pensamiento puro (metafísica) acerca de valores imperceptibles por los sentidos (no físicos) como: Justicia, honestidad, igualdad etc. Más de quince siglos después Leibniz propuso las “verdades de hecho” (perceptibles) y las “verdades de razón” que surgen del proceso de pensar y razonar sin necesidad de experiencia. Estas ideas originadas en el pensamiento humano, establecen filósofos analíticos del siglo XX, no pueden ser positivas porque no son materia sensible. 

       A partir de esta filosofía clásica aristotélica y su evolución hasta el siglo XVI, Kant propuso en el siglo XVIII su “método trascendental” es decir, las ideas no físicas trascienden a la experiencia sensible materializadas en acciones de conducta. La existencia de las ideas se comprueba en las acciones humanas que dan vida a esas ideas. Kant llamó “imperativo categórico” a las reglas de conducta (ethos-ética) que cada individuo se autoimpone (moral) para vivir en libertad y convivencia junto a la libertad de otros individuos (derecho). 

     Ya en el siglo XX había surgido la filosofía analítica o también conocida como filosofía de la ciencia quienes veían la filosofía de un modo científico. Feyerabend observó que los filósofos analíticos buscaban elucidar expresiones filosóficas tradicionales problemáticas como las de Kant y en general de toda la metafísica. Concluyeron en general que el origen de las confusiones de la filosofía clásica estaba relacionado con el lenguaje de cada época en que la filosofía fue pensada y escrita. 

     De tal manera que en el tiempo de Feyerabend, se analizaba con base al empirismo lógico y al lenguaje. Un empirismo lógico originado en el pensamiento positivista de Comte de inicios del siglo XIX que negó la validez de cualquier conocimiento que no pueda ser observado (positivo). 

     Comte aceptaba sólo el conocimiento basado en experimentación científica, datos o la lógica; se llegó a separar los enunciados filosóficos clásicos metafísicos criticándolos o desechándolos. Entre los precursores de este movimiento materialista positivista científico sobresalieron pensadores como Fregue, padre de la lógica moderna, que introdujo la noción de la función y la variable matemática en el lenguaje aplicándolo en gramática al sujeto (objeto) y al predicado (concepto). 

     Poncairé advirtió en no analizar fenómenos observables mediante procesos inobservables restando importancia en que las ideas conducen a las acciones humanas. 

     A inicios del siglo XX Russel planteó un análisis lógico del lenguaje. Propuso la diferencia entre ser y existir. Algunos seres no existen porque son producto de la mente humana originado por pasiones o anhelos. Estos criterios también desestimaron los valores para la conducta originados en la elección por medio de la razón (metafísica). 

     En temporalidad paralela, Wittgenstein estableció que el problema de la filosofía tradicional era la comprensión de la lógica del lenguaje. El pensamiento queda limitado sólo a lo que puede decirse bien por medio de proposiciones verdaderas (empíricamente comprobables) de lo contrario no tienen sentido. De esta forma estableció que el límite del pensamiento es el lenguaje. 

     Rudolf Carnap propuso que es necesario transformar o cambiar los conceptos para hacerlos más exactos. Un método filosófico riguroso que surge de la aplicación de método científico en la filosofía, pero que debía ser un método aceptado y no antojadizo como el metafísico. El metafísico según Carnap no describe lo externo al individuo, sólo expresa una actitud emotiva como un artista. 

     Con Popper inicia una moderación de la postura radical de los filósofos analíticos al proponer el falsacionismo: Siempre es posible refutar una hipótesis. El mayor mérito de una teoría es que pueda ser falseada, evidencia progreso científico. Hace más puro el método hipotético deductivo y elimina errores acerca a la verdad. 

     Thomas Samuel Kuhn planteó la teoría que un paradigma es interpretado desde el punto de vista (o la teoría) que influencia al científico observador. Por tanto, no existen observaciones puras sino que todas son observadas a la luz de un paradigma. La ciencia tiene un ciclo normal, se le encuentran anomalías, entra en crisis y se da una revolución científica para enmendar lo que fue considerado error. 

     Por el debate de filosofías descrito, Feyerabend hizo su propuesta del anarquismo epistemológico que se resume en que no es despreciable la oportunidad que brinda cada aporte para el desarrollo de la ciencia. 

     Para beneficio del conocimiento humano ¿cómo podría obtenerse beneficio de todo este debate filosófico al inicio la tercera década del siglo XXI? ¿cómo sacar provecho de las corrientes epistemológicas para la “ciencia social” que se relaciona directamente con la seguridad en los Estados del siglo XXI? 

     Para responder a ello es importante citar a Carl Gustav Hempel quien simultáneamente a Popper y Feyerabend propuso una “explicación científica” entre el debate de pensar a partir de los fenómenos de la experiencia sensible frente a lo no observable como el campo de los principios metafísicos éticos que – a la postre – determinan las acciones humanas individuales. 

     Hempel diferenció entre “lo precedente” (una explicación) y lo “no precedente” (una predicción) buscando que el conocimiento científico tenga una condición lógica y a la vez una condición empírica. Es decir, Hempel propuso que, a un hecho de la experiencia sensible, observable, un “qué” se puede completar con un “por qué” ocurre ese fenómeno a través de deducciones lógicas. Las deducciones lógicas siempre estarán basadas en la experiencia sensible. Da un carácter científico que satisface a la filosofía analítica. 

     Desde este fundamento, en el siglo XXI los fenómenos observables que se han aglutinado en las ciencias sociales y que se relacionan con problemáticas de seguridad tienen una “explicación” desde la cual puede hacerse una “predicción”. Para el debate centrado en que si las ciencias sociales pueden o no considerarse como ciencia, no sólo existe el fundamente de Hempel sino que, es un hecho observable, que los gobiernos del siglo XXI investigan los fenómenos sociales, los explican y proyectan predicciones (escenarios) que sirven de base para la planificación, por ejemplo, de la seguridad de los Estados. 

     Pero existe otro enfoque del debate epistemológico entre la filosofía analítica (empírica/científica) y la filosofía clásica (metafísica/valores éticos) que tiene consecuencias en la toma de decisiones de los Estados cuyo impacto se resiente no sólo en la seguridad sino que trasciende a la estabilidad de los sistemas políticos democráticos. 

     Se trata del hecho de que uno de los fenómenos que tienen impacto directo en la seguridad de los Estados es la corrupción de la cual se derivan una serie de delitos. En la academia en general, las corrientes epistemológicas y la filosofía en sus ramas clásica y analítica se presentan a los ciudadanos estudiantes, en cuyo entendimiento (metafísica), impactan de diferentes formas y orientan a trazarse objetivos de vida diversos que inician con toma de decisiones cuando optan a cargos públicos en empleos del sistema gubernamental. Las decisiones éticas tienen un impacto observable en la administración pública y cuando estas decisiones promueven ilícitos se convierte en corrupción. 

     La filosofía clásica (metafísica) propuesta por Kant en el siglo XVIII planteó regirse por ideas y virtudes originadas en la razón y perceptibles por la experiencia sensible y observable a través de conducta humana. Pero las primeras ideas positivistas materialistas de Comte a inicios del siglo XIX orientaron a interpretar como ciencia únicamente lo observable relegando los postulados de las ideas como virtud, ética y justicia. Comte planteó las primeras ideas (paradójicamente metafísicas) que llevaron al desarrollo años después de la filosofía de la ciencia o filosofía analítica: anti metafísica. 

     Con el establecimiento del método empírico como única fuente de conocimiento se relegó el hecho de producir conocimiento (ciencia) originada en la razón. Sólo mediante procesos experimentales puede calificarse un hecho como positivo o verdad. De esta forma se incorporó el positivismo al Derecho. La ley por ser norma escrita es perceptible y así (según esta escuela positivista del derecho) la idea que llevó a un hombre a tomar una mala decisión de conducta se comprueba con la comisión de un delito. 

     En el siglo XXI, el problema de considerar sólo la ley escrita como derecho positivo es que dejó margen discrecional a la razón humana (metafísica) carente de valores virtuosos ético-morales a promover normas jurídicas que favorecen, protegen o dan una salida interpretativa para ocultar hechos perceptibles con intención anti-ética o antimoral. Esto lo provoca la formación académica empirista materialista. 

     Por lo anterior se puede concluir que el anarquismo epistemológico de Feyerabend tiene vigencia plena en el siglo XXI. Es evidente que la filosofía de la ciencia y la filosofía clásica tienen un debate constante en la mente de los funcionarios públicos, un área metafísica que mediante la abstracción se convierte en decisiones que producen hechos perceptibles y observables. Es una especie de combinación como la que planteó Hempel. 

     Los hechos perceptibles por la experiencia sensible resultantes de la conducta humana que son no éticos se escudan al emplear la positivación (materialista) de la aplicación e interpretación de normas jurídicas que mantienen vigente un sistema que justifica decisiones legales pero cuyo efecto favorecerá sólo a un individuo o sector específico produciéndose la corrupción. 

     Los Estados deben formar ciudadanos, potenciales funcionarios públicos, que identifiquen mediante el estudio de las corrientes filosóficas, si una idea arraigada en la ideología que siguen busca por formalismo legal basarse en criterios empíricos o metafísicos que subrepticiamente buscan satisfacer intereses ilícitos mientras se ejerce el poder en el gobierno de un Estado. 

     Se necesita desarrollar en la academia un estudio a profundidad sobre el “anarquismo epistemológico” que propuso Feyerabend para intentar reducir la corrupción, fenómeno observable por la experiencia sensible que se origina en acciones producto de una razón humana carente de ética y moral para la toma de decisiones. 

Ismael Cifuentes

 

Referencias 

Carman, C. C. (2007). La Filosofía de la Ciencia en el siglo XX. Obtenido de Academia: https://www.academia.edu/43009239/La_Filosof%C3%ADa_de_la_Ciencia_en_el_Siglo_XX_2007

Gutiérrez Dávila, A. J. (2020). Biblioteca personal Dr. Alejandro J. Gutiérrez Dávila. Obtenido de PUEDE HABLARSE DE POSITIVACION DE LOS DERECHOS HUMANOS: ANÁLISIS CRÍTICO: https://drive.google.com/file/d/18ZsX7hHcQM47QyQavORBCTY0aXcTHRWL/view?usp=sharing

Gutiérrez, D. A. (2020). FUNDAMENTOS FILOSÓFICOS DE LA CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE LA REPÚBLICA DE GUATEMALA. Guatemala: Ohio Print and Paper.

Gutiérrez, D. A. (2021). "HOMO SPIRITUS" "EL SER HUMANO ÉTICO". Guatemala: Ohio print and Paper SA.

Londoño Isaza, J. D. (2016). Ciencia, libertad y formación ciudadana: un estudio sobre Paul Feyerabend. Editorial Universidad del Rosario. https://elibro.net/es/lc/udeo/titulos/69733

Zanotti, G. J. Filosofía de la ciencia y realismo: los límites del método. Civilizar, 11(21), 99. https://doi.org/10.22518/16578953.37

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