El presidente Trump vetó el proyecto de ley de defensa. En Estados Unidos son los políticos los que proponen, debaten, argumentan, se oponen, corrigen el tipo de defensa que se desea para el Estado. El impulso estratégico que orienta el tipo de defensa se define a través de la proyección de su presupuesto.
En Guatemala se deja exclusivamente al ejército la tarea de determinar lo que se necesita para la defensa. Cuando se presenta un presupuesto o propuesta del mismo, el debate, el ataque mediático, la oposición es contra el ejército.
En Guatemala es necesario desarrollar la cultura de defensa en la dirección correcta. La defensa la deben determinar los políticos basado en las amenazas y la capacidad de respuesta que se desea.
Se delimitan actores, roles, evaluación de capacidades institucionales y del poder nacional para organizar la defensa. No sólo se refiere a tropas y armas.
La defensa nacional tiene que ver entre otros con vías de comunicación, infraestructura a defender, recursos naturales, energía, ciberespacio, privacidad, condiciones del recurso humano para la defensa, inversión en tecnología, educación, control del espacio aéreo y el mar territorial.
No sólo militares deberían planificar la defensa. Debería ser un proceso integrado por diferentes sectores y expertos guiados por una política pública que defina el concepto estratégico deseado para la defensa.
La participación de los civiles es relevante, necesaria y preponderante en el proceso de planificación de la defensa. Se necesita transformar el modelo actual de la defensa en Guatemala.
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