viernes, 22 de julio de 2022

El deber de los funcionarios de gobierno honestos

Mientras los procesos de investigación avanzan, a los únicos que les consta la existencia de actos de corrupción encubiertos u otras ilegalidades, y que además serán difíciles de comprobar por la arquitectura del sistema político es a los funcionarios del mismo gobierno.


Si un funcionario de gobierno no está de acuerdo con decisiones del jefe de gobierno cuyas consecuencias se anticipan como dañinas a la democracia y la libertad su deber es renunciar.


Así lo hizo el 6 de enero de 2021 Matthew Pottinger quien era asesor adjunto de seguridad nacional del gobierno de los Estados Unidos de América. Luego de él, cinco asesores más renunciaron por una crisis producida porque el presidente -- quien había perdido las elecciones -- parecía alentar protestas por los resultados antes de entregar el poder.


El 6 de enero de 2021 el congreso debía certificar los resultados. Después del medio día el presidente alentó por medios electrónicos a los agitadores a impedir el acto de certificación y entrada la noche les pedía que volvieran a sus casas.


Pottinger declaró ante el comité de investigación que la decisiones del ejecutivo tomadas en esa fecha atentaron contra la seguridad nacional de una manera diferente.


Desde seis meses antes en medio de la crisis por el caso Geoge Floyd algunos funcionarios ya tenían discrepancias con el presidente y también tomaron posturas muy serias pero favorables a los principios de la democracia, la libertad y los derechos de las personas. El General Milley asumió importantes decisiones en ambas crisis.


Con los ejemplos históricos citados y documentados queda en claro que cualquier ciudadano debe orientar sus acciones a mantener la estabilidad nacional y el orden constitucional en su país. Sea funcionario o de la sociedad civil y aún con evidencias que indiquen actos de corrupción o incumplimiento de deberes la única forma legal que funciona es a través del sistema de pesos y contrapesos de una república.


Si esas mismas instituciones encargadas de fiscalización mutua están de acuerdo entre sí por cualquier circunstancia sólo queda la participación activa de la ciudadanía en las elecciones siguientes. Las elecciones son un arma poderosa para la ciudadanía.


A los funcionarios comprometidos con su constitución y desapegados a su propio bienestar, si las instrucciones -- o la inacción -- del jefe del ejecutivo implica un detrimentos del bienestar nacional y el Estado de Derecho no les queda más opción que renunciar.


Una lección deducida en los cambios políticos que viene experimentando Latinoamérica en los resultados de sus procesos electorales durante el siglo XXI es que: Sin importar la ideología de quien gana las elecciones no se llega al socialismo o comunismo en su concepción clásica. Esto se debe, aunque con posibles áreas a mejorar, a que las constituciones son sólidas y orientadas a los principios democráticos.


Las sociedades civiles han avanzado en educación y participación. Por ello en mi opinión los aparentes cambios de ideología de las autoridades electas no obedecen ni apuntan a un intento por volver a los totalitarismos y autoritarismos del siglo XX. Es sencillamente, que la población más educada y más participativa está hastiada de un descarado sistema corrupto que encubre sus fechorías en formalismos legales. Votan y allí los resultados electorales.


Como ciudadanos debemos confiar en las características de nuestra constitución, votar y elegir la opción política que consideremos hará cumplir mejor la constitución.


En Guatemala los principios de libertad, el derecho de las personas, la propiedad están bien protegidas en nuestra constitución. Por ello el sistema de pesos y contrapesos debe estar compuesto por instituciones independientes para fiscalizarse mutuamente.


Es importante no desatender un buen programa de gobierno por la nubosidad que produce la lucha y desinformación ideológica: que resultará en socialismo, que resultará en fascismo. La constitución política y los principios de la república (división de poderes) son el seguro del ciudadano. El voto es el inicio de la solución.  

 

1 comentario:

  1. Del artículo de Susan B. Glasser and Peter Baker, 8 de agosto de 2022

    "Los generales tienen reglas, principios y experiencia".

    "Señor Presidente: usted será el que tome las decisiones. Todo lo que yo puedo garantizarle es que le daré respuestas honestas y apoyaré si sus decisiones son legales".

    Trump quería enviar a las fuerzas armadas a reprimir los disturbios. El mando militar le dijo que no se podía hacer eso, que bastaría con la guardia nacional. Trump les dijo

    “You are all losers! You are all fucking losers!” Turning to Milley, Trump said, “Can’t you just shoot them? Just shoot them in the legs or something?”

    "la Constitución no ofrecía una guía práctica para un general que se enfrentaba a un presidente deshonesto"

    Este artículo narra el drama ocurrido entre la política y los militares en defensa de su Constitución. Un drama de decisiones que puede dársele enfoques legales, éticos y profesionales.

    ResponderBorrar

Gracias por su opinión

Perfil Linkedin

Formulario de contacto

Nombre

Correo electrónico *

Mensaje *